Se puede reconocer un país por su Navidad

Ya llega la Navidad, esa época del año que todo el mundo espera con impaciencia, cargada de luces, decoraciones, regalos y especialmente comida, un montón de comida, toneladas de comida. Cada año, millones de madres, tías y abuelas de todo el mundo preparan, rellenan, amasan, fríen, hornean y emplatan durante días para que el 24 y 25 de diciembre no solo sea importante la cantidad, sino también la calidad de la comida y de todo lo que la rodea.

Si rascamos más allá de la superficie, descubrimos que la Navidad es mucho más que luces, torrone (dulce italiano) y regalos y que, detrás del fulgor de esta fiesta brillante ligeramente estandarizada, cada país tiene sus propias tradiciones culturales y culinarias, especiales y en ocasiones peculiares, que en todos los casos merece la pena descubrir.

En Europa somos expertos en platos de Navidad.

Gran Bretaña es la tierra del pavo asado relleno con todas sus guarniciones, seguido de enormes porciones de pudín de Navidad hecho con mantequilla y brandy y repleto de fruta confitada, pasas y almendras. Banda sonora: el discurso de Navidad de la Reina confiere cierta solemnidad al proceso (y supone un golpe letal para todo el mundo, invitados y anfitriones, después de una comida muy contundente).

En Italia, especialmente en el sur, en Nochebuena se centran en el pescado, donde platos especiales como el bacalao salado guisado y la anguila frita destacan en las larguísimas mesas cubiertas de todo tipo de exquisiteces. Panettone, el bollo de Navidad que se prepara tradicionalmente en casa en Milán, se ha convertido ahora en imprescindible en todos los rincones de Italia. En las mejores versiones se sirve con una crema de pistacho o mascarpone caliente.

Las costumbres y los platos tradicionales pueden ser peculiares y salirse de lo habitual, como en Malta, donde los lugareños sirven Imbuljuta tal-Qastan caliente, un delicioso pudín hecho de cacao, castañas, canela y ralladura de mandarina. En Rusia, los platos de pescado crudo y el caviar de esturión se bajan con vodka helado (algo que en realidad ocurre durante todo el año).

Portugal se encuentra entre los 10 primeros con su Bolo Rei, un bollo tradicional que nació en el siglo XIX en la Confeitaria Nacional, la pastelería oficial de la familia real portuguesa en aquel tiempo. Este bollo tiene forma de corona, es dulce y suave y está relleno de pasas, almendras, nueces, avellanas y cubierto con fruta confitada y azúcar granulado. A veces se esconde un pequeño premio en el interior que trae buena suerte (si lo muerdes, ojalá no te hagas mucho año).

Francia se lleva el premio al postre de Navidad más sofisticado: el Bûche de Noëlse asoma entre vieiras y langosta, foie gras y ostras. Inspirado en la forma de un tronco de pino (un buen presagio), el Bûche de Noëlconsiste en una aromática pasta de galletas rellena y cubierta con ganache de chocolate. Como es tradición en Francia, los mejores cocineros crean su propia versión, ya sea Pierre Hermé, Jean Paul HevinoSadaharu Aoki, y cada año tienes muchas opciones para elegir.

¿Se celebra la Navidad fuera de Europa? Por supuesto que sí. No solo en Australia, en la playa, con traje de baño y gorro de Papá Noel.

En Estados Unidos el espíritu predominante es anglosajón, lo que significa carne asada en el centro y familia en todas partes. Puede ser asado de carne de res o de cerdo (el pavo es la estrella en el Día de Acción de Gracias), servido con salsas caseras y acompañado de calabaza, alubias o maíz dulce. El postre varía y depende del origen de la familia que está celebrando. Se puede encontrar de casi todo: pfeffernusse(galletas especiadas tradicionales del norte de Europa), bizcochos con fruta confitada, mazapán, panettone, tarta de calabaza….

La Nochebuena, la víspera de Navidad,

es el mejor momento para que las familias se reúnan en Perú alrededor de un pavo relleno de carne picada y cacahuetes, decorado con piña y confitura de cereza y servido con patatas asadas. En Costa Rica preparan algo más sofisticado: cochinillo olechónasado en un pincho durante horas, que se controla regularmente para darle la vuelta mientras se bebe Coquito, la versión puertorriqueña del candeal de Navidad, hecho con coco fresco, leche de vaca condensada y una generosa medida de ron.

En las comunidades cristianas se celebra

incluso en los países donde son una minoría. En India, en lugar de hacer regalos, las familias celebran esta época del año con curri navideño y raviolis dulces (dumplings) rellenos de coco y sésamo. Etiopía tiene su propia forma de celebrar el 6 de enero. Todo el mundo se prepara para la Navidad durante 40 días, haciendo solo una comida al día que debe ser vegana. En la noche de Navidad, como premio por el control demostrado,se sirve Doro Wat. Se trata de gallo marinado en chile, ajo, cardamomo y jengibre y después asado. Se corta en 12 partes que representan a los 12 apóstoles y se sirve acompañado de 12 huevos duros, que representan el infinito.

¿Qué país tiene la Navidad más absurda de todas? Japón, por supuesto. Históricamente, los japoneses no celebran la Navidad, pero en 1974, KFC (la principal cadena de comida rápida estadounidense) olfateó una gran oportunidad de marketing después de observar a los emigrantes japoneses que regresaban a casa por Navidad cargados de cestas compradas en sus nuevos países de residencia. Así que pensaron en una campaña de "Pollo de Navidad", inspirada en las tradiciones occidentales.

¿El resultado? Más de 40 años después, las reservas para Navidad en los restaurantes KFC deben hacerse con semanas de antelación porque todo el mundo hace cola para el "Pollo de Navidad". Ahora familias enteras celebran el 25 de diciembre comiendo alitas de pollo fritas y Kurisumasu Keiki(un esponjoso pastel de fresa), todo regado con vino y champán.

¿Quieres saber cuántas calorías acabas de leer? Mejor no pensarlo... Navidad es sinónimo de hacer la vista gorda. La comida significa compañía y no hay ninguna época del año como esta para estar junto a tus seres queridos y preferidos. Tenemos un año entero por delante para calibrar qué poner en nuestro plato, pero de momento, ¡feliz Navidad!